jueves, 28 de julio de 2011

Consumo

La era tecnológica nos está dotando de poderosas herramientas y aparatos, que nos afanamos en comprar: televisores, cámaras fotográficas, GPS, impresoras, coches, teléfonos móviles, electrodomésticos, etc…
Según la ONU se producen 50 millones de toneladas de “basura electrónica” al año, que deberá ser remplazada por aún más aparatos nuevos, sin contar con coches y otros residuos no catalogados como electrónicos.

La causa es que las cosas se estropean con facilidad, no se reparan y, en cambio, se tiran a la basura y se compran otras nuevas. El ciclo de vida de nuestros productos es escandalosamente corto. Y por si fuera poco, los modelos se quedan obsoletos rápidamente y, como no hay posibilidad de actualizar los antiguos, se desechan.
A diferencia de en la teoría, la competencia entre empresas no crea mejores productos, sino productos más baratos, con menores costes de producción y que se rompen antes, para que los consumidores tengan que comprar nuevos productos cada poco tiempo y que merezca la pena comprar uno nuevo antes que reparar el viejo.


Incluso marcas que se suponen de máxima calidad como Apple, dejan obsoletos sus productos en apenas un año (en el caso de iPad) y no se puede actualizar el hardware de los viejos.

El problema al que nos enfrentamos es que nuestro planeta no tiene recursos ni energía ilimitada como para mantener eternamente una sociedad que se vale de productos cuya vida media es de 4 años o menos. Aunque reciclásemos los materiales de los productos viejos, la energía necesaria para producir los nuevos es demasiada para una civilización que ve como su principal fuente de energía (el petróleo) se está acabando.

Y este es un problema estructural, fruto de la búsqueda de beneficio y la competencia entre empresas (dos pilares del capitalismo) que no podrá resolverse haciendo modificaciones en el sistema.

Ahora toca aportar soluciones, pero en vez de empezar por la teoría, comencemos por los productos. ¿Cómo queremos que sean nuestros bienes de consumo?

Duraderos: deben estar hechos para durar lo máximo posible, a fin de no tener que remplazarlos cada poco tiempo, con el innecesario gasto energético que conlleva. Es sencillo en aparatos cuyo diseño es improbable que cambie (y que no puedan quedarse obsoletos) como lavadora, horno, frigorífico, etc. Para otros productos el diseño debería ser discutido por especialistas (ingenieros energéticos, mecánicos, industriales…) teniendo en cuanta que la durabilidad debe ser la máxima prioridad del producto.

Reparables y reciclables: la reparación de una o varias partes dañadas del producto debe de ser fácil, así como su reciclaje. Para ello los ingenieros deben de tener en cuenta este aspecto cuando diseñen el producto, para que la reparación y reciclaje queden claras y estandarizadas en todos los productos, reduciendo la energía necesaria para reparar un producto (lo que incrementaría su durabilidad) y reciclarlo.

Fácilmente actualizables: los productos que tengan mayor riesgo de quedar obsoletos, como los informáticos, deben de estar constituidos por secciones modulares, de modo que si una parte queda obsoleta, pueda ser sustituida fácilmente sin tener que desechar el resto del producto, con el consiguiente ahorro energético y de materiales.

Intuitivos y seguros: en el diseño de los productos han de colaborar también psicólogos y médicos de modo que se creen productos fáciles y cómodos de usar, así como seguros ya que han de tener un ciclo de vida prolongado.

Todas estas medidas a nivel de diseño deben de ser complementadas con cambios a nivel social para tener que producir la menor cantidad de productos posibles. Preguntémonos lo siguiente: ¿es realmente necesario que todo el mundo tenga al menos una unidad de todos los productos que existen en el mercado? Si queremos aprovechar nuestros recursos al máximo, la respuesta es un rotundo no.

Por ejemplo permitir exclusivamente transporte público en las zonas urbanas y tener un servicio de préstamo de coches para la gente que necesite viajar fuera, de modo que en vez de uno o dos coches por familia, habría una flota de coches en alquiler o de uso público y una red de transporte público urbano: necesitaríamos producir menos coches y reduciríamos el consumo de energía.

Otra idea sería crear una especie de biblioteca, pero de productos que no usamos constantemente, como cámaras de fotos y video, reproductores de música o consolas. Así cuando necesitásemos una cámara de fotos; iríamos, la tomaríamos prestada, introduciríamos nuestra tarjeta de memoria y  cuando acabásemos, nos quedaríamos con las fotos y devolveríamos el aparato. Con esto podríamos reducir drásticamente la demanda de este tipo de productos.

Estas sólo son unas pocas ideas. Si la sociedad dedicara algún esfuerzo para diseñar un sistema económico que tomase en cuenta medidas como las anteriormente expuestas, podríamos evitar quedarnos sin recursos naturales para subsistir. Pero lo más probable es que nos quedemos como la orquesta del Titanic, seguiremos tocando mientras el barco se va hundiendo.
Hasta que nos ahoguemos.




Consumption

The technological era is providing us powerful tools and equipment, which we strive to buy: televisions, cameras, GPS, printers, cars, mobile phones, appliances, etc. ...
According to the UN are produced annually 50 million tons of "electronic garbage", which shall be replaced by even more new equipment, without count cars and other waste not classified as electronic.

The reason is that things are easily damaged, not repaired and, instead, throw away and bought new ones. The lifecycle of our products is grossly short. And to top it off, the models become obsolete quickly, as there is no possibility of updating the old discarded.
Unlike in theory, competition among companies does not create better products, it only make cheaper products with lower production costs and which broke earlier, so consumers have to buy new products and worth buying a new one in stead of repair old ones.


Even trade marks which represent the highest quality as Apple, leave their products obsolete in just one year (for iPhone) and you can not upgrade older hardware.

The problem we face is that our planet does not have unlimited resources and energy to maintain a society that make products whose average life is 4 years or less. Although we recycle the materials from old products, the energy required to produce new ones is too much for a civilization that sees its main energy source (oil) running out.

And this is a structural problem, the result of the pursuit of profit and competition among companies (two pillars of capitalism) that can not be solved by changes in the system.

Now it is time to provide solutions, but instead of beginning with a theory let's start with the products. How we want our commodities?

Durable: they should be made ​​to last as much as possible, to avoid having to replace them so often, with the unnecessary energy expenditure involved. For devices whose design is unlikely to change (and can not become obsolete), such as: washing machine, oven or fridge. For other products, the design should be discussed by experts (energy engineers, mechanics, industrial ...) taking into account the durability should be the top priority of the product.

Repair and recycling: the repair of one or more damaged parts of the product should be easy, as well as recycling. To do this, engineers must take into account this aspect when designing the product, for reparation and recycling clear and standardized across all products, reducing the energy needed to repair a product (which also increase their durability) and recycling.

Easily upgradeable: products with higher risk of becoming obsolete, as the computers, must be composed of modular sections, so if a part becomes obsolete, can be easily replaced without discarding the whole product, thereby energy and materials savings.

Intuitive and secure: in the product design must work psychologists and physicians to create products that are easy, comfortable to use and safe because they have to have a prolonged life cycle.

All these measures at the design must be complemented by changes at the societal level to produce the fewest products possible. Ask yourself this: is it really necessary that everyone has at least one unit of all products on the market? If we want to leverage our resources to maximum, the answer is a resounding no.

For example allow only public transport in urban areas, and have a car loan service for people who need to travel outside, so instead of one or two cars per family, would have a fleet of rental or public cars and a network of public transport: we would need to produce less cars, reducing energy consumption.

Another idea would create a kind of library for products that we do not use constantly, such as cameras, music players or
consoles. So when we needed a camera, we would go, would borrow, introduce our memory card and when we finish, we take the photos and return the device. This could drastically reduce the demand for such products.

These are just a few ideas. If society devoted some effort to design an economic system that takes into account measures such as those outlined above, we could avoid running out of natural resources to survive. But chances are that we remain as the orchestra of the Titanic, will continue playing while the ship is sinking.
Until we drown.



2 comentarios:

  1. Lo del préstamo de coches y las colecciones de productos que no usamos habitualmente es una gran idea. Así podríamos disfrutar de ello sin tenerlo muerto de risa en casa el resto de nuestra vida. Seguro que se puede hacer.

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  2. Claro que si, lo que hace falta es que la gente se escandalice cuando vea el enorme derroche que producimos diariamente.
    Gracias Leo

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